La historia que os cuento a continuación surge en Madrid (España) y el escenario principal es el espléndido palacio de Linares. Si alguna vez has pasado por la plaza de Cibeles, lo habrás visto en una de las esquinas de la plaza. Concretamente está situado en el paseo de recoletos, esquina con la calle de Alcalá.
Este histórico palacio consta de cuatro pisos (sótano, entresuelo, planta noble, y tercera planta) más un subsótano que se extiende a lo largo y ancho de las caballerizas y del jardín y una coqueta vivienda conocida como la Casita de Muñecas.
Lo que entre estos muros ha sucedido a lo largo de los años le han hecho ser considerada una de las más famosas casas encantadas de Madrid, pero bueno a esto ya llegaremos. Esta leyenda empieza bastante antes de empezarse a construir el palacio y dice así:
Nos tenemos que remontar a mediados del siglo XIX. En 1833, nació José Murga y Reolid. Era hijo del empresario Vasco Don Mateo Murga Michelena, que había hecho fortuna con negocios de ultramar en Cuba e inversiones en el ferrocarril que por entonces era un nuevo medio de transporte y sería clave para el desarrollo económico del país. José Murga tuvo una buena formación para poder algún día coger las riendas del negocio de su padre.
La verdad es que la situación de la familia no podía ser más prometedora, pero todo se torció el día que José Murga decidió contarle un tema personal a su padre.
Le dijo que se había enamorado de una muchacha de familia humilde. Su padre siempre le animó a contraer matrimonio con la mujer que de verdad le gustase y le hiciese feliz, pero al decirle que la muchacha en cuestión era Raimunda de Osorio y Ortega, hija de una humilde cigarrera del barrio de Lavapiés, al padre le cambió la cara.
Sin darle ni un solo detalle se negó en rotundo a esa relación y le prohibió verla. Para asegurarse que esa relación no llegase a buen puerto, obligó a su hijo a viajar a Londres para estudiar allí en una universidad. José De Murga aceptó con tristeza la decisión de su padre, pero no consiguió olvidar a su amada el tiempo que estuvo en Londres.
Poco tiempo pasó cuando en 1857 le llegó la noticia desde España de que su padre había fallecido, así que José Murga regresó para hacerse cargo de los negocios familiares. Ese mismo año murió su madre y al año siguiente sus dos hermanos, lo que hizo que heredase toda la fortuna de su padre convirtiéndose así en uno de los hombres más ricos de España. Ese mismo año en 1858 se casó con Raimunda sin importarle los misteriosos motivos de su padre para negarse a ese enlace.
En 1872 el rey I Amadeo de Saboya les otorga el título de marqueses de Linares y Condes de Llanteno. Esto hizo que aumentase su aprecio y caché entre la sociedad española.
Entonces decidieron comprar al Ayuntamiento de Madrid un solar de 3064 metros cuadrados, en el que se hallaba el antiguo Pósito Real situado en la entonces conocida como plaza de Madrid y encargaron la construcción del palacio. Los arquitectos Adolf Ombrech, Carlos Colubí y Manuel Aníbal Álvarez comenzaron a dirigir las obras del nuevo hogar de los marqueses.
Pero no fue hasta 5 años más tarde en 1877, con el régimen de Alfonso XII ya establecido, cuando empezaron las obras del que sería conocido al principio como palacio de Murga. Los Marqueses se mudaron al edificio en 1884, aunque las obras no terminarían por completo hasta 1900.
El punto de inflexión de esta historia fue cuando el Marqués ordenando unos documentos de su padre, encuentra una carta que le escribió éste mientras él se encontraba en Londres y nunca llegó a enviarle. En ella le explicaba los motivos por los que se había negado a su relación con Raimunda. Al parecer su padre había tenido un amor de juventud fuera de su matrimonio con una cigarrera de Lavapiés. Fruto de ese amor nació una niña llamada Raimunda. El padre le informaba así del gran error de mantener una relación con esa muchacha ya que ambos son hermanos.
José y Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido y con el objetivo de minimizar el escándalo y legalizar su situación en la medida de lo posible, se dirigieron al papa León XIII quien les otorgó una bula papal denominada Casti convivere, que significa que podían vivir juntos como esposos, pero en total castidad.
La carne es débil y los Marqueses fueron incapaces de cumplir su promesa al santo Padre y engendraron una niña llamada Raimundita.
Cuando la niña creció y se hacía complicado ocultarla siendo además la prueba fehaciente del incesto, los Marqueses decidieron asesinarla. Hay varias versiones de la posible muerte y destino de la pobre niña.
Unas teorías aseguran que fue emparedada en una de las estancias del propio Palacio de Linares. Otros, en cambio, dicen que se encuentra en los muros exteriores de la mansión.
Otras versiones aseguran que fue ahogada por sus progenitores y posteriormente enterrada en el jardín del palacio.
La Marquesa no pudo soportar el error de matar a su hija y terminó muriendo de pena y en 1903 José decidió suicidarse, siendo enterrado en el mismo jardín del palacio, tal y como había ordenado antes de quitarse la vida.
Según tal leyenda, hoy en día, sigue el espíritu de Raimundita paseándose por los grandes salones del viejo palacio cantando canciones infantiles y llamando a sus padres.
Las primeras décadas del siglo XX en España están marcadas por idas y venidas políticas, movimientos sociales, una guerra civil o la Edad de Plata de la cultura española. Ante todos esos sucesos, el Palacio de Linares miraba impasible hasta que empezó a ser arrendado por diversas compañías a partir de la década de los 50.
Tras diversos cambios de propietario y años de abandono, se planteó su derribo pero en el año 1976 fue declarado Monumento Histórico-Artístico evitando este posible triste final.
Cuatro años después, los salones del palacio se llenaron de vida gracias al cineasta Luis García Berlanga, con película Patrimonio nacional, la vuelta de una familia de la nobleza venida a menos al Madrid de los años ochenta y que decide instalarse en un antiguo palacio de su propiedad.
La suerte del palacio cambió cuando el Ayuntamiento de Madrid adquirió el palacio e inició un proyecto de rehabilitación en 1988. El Palacio de Linares reabrió sus puertas el 25 de julio de 1992 como sede de Casa de América. Nunca ha vuelto a vivir nadie allí.
Durante los trabajos de reforma y acondicionamiento, los obreros comenzaron a sufrir los primeros casos de fenómenos extraños e incluso varios guardias de seguridad viven experiencias sobre todo en la segunda planta que les hacen huir de allí. el sonido de pasos en estancias vacías, puertas que se abrían y cerraban solas e incluso gemidos y gritos en mitad de la noche. Algunos se trastornaron psicológicamente por lo que vieron y necesitaron ayuda de un especialista.
En ciertas zonas del palacio los perros de los vigilantes no querían entrar. El comisario jefe de la zona centro de Madrid José Manuel Sánchez asegura que en la sacristía del palacio que es el sitio donde dicen que murió la niña, notaba el ambiente muy cargado y parecía como si alguien le vigilase constantemente. También mucha gente que ha trabajado allí o lo ha visitado aseguran oír música de un órgano antiguo
Ante estos rumores de fenómenos paranormales en el palacio, en 1990, la doctora Sánchez de Castro con su equipo de parapsicólogos, deciden acudir al sitio para investigar in situ.
El resultado de estas investigaciones salieron a la luz y tuvieron una repercusión enorme, siendo la primera vez que revistas importantes del país informan en primera página de la grabación de unas impactantes psicofonías que incluso regalaron cintas con estas grabaciones a los compradores de las revistas.
Y vaya si fueron impactantes. Puedes escuchar estas psicofonías pinchando en el enlace del vídeo que he dejado al principio de esta página.
A parte de estas psicofonias, la Doctora Sánchez de Castro hizo más de 480 fotografías. En algunas salieron reflejos que la Doctora consideró campos energéticos del más allá, extraños e inquietantes de esos entes que deambulan por todo el palacio.
Hubo mucho revuelo y caló tanto esta noticia que hubo mucha gente que se coló dentro del palacio para comprobar si era cierto lo que se decía. El palacio se llenó de basura e incluso hubo destrozos, lo que hizo que se aumentase la seguridad del lugar.
Al cabo del tiempo se demostró que esas psicofonías y todo el estudio eran falsos. La doctora Sánchez de Castro era una farsante que lo hizo todo para promocionar un libro y fue detenida apenas un mes después, el 4 de junio de 1990, porque tenía 12 búsquedas por falsificación de cheques y ni siquiera estaba registrada en ningún colegio oficial de psicología.
Pero gracias a esto hubo otras investigaciones con varios equipos diferentes de parasicólogos de prestigio y éstos si que hicieron buenos trabajos de investigación y sacaron pruebas de la existencia de presencias paranormales.
Por ejemplo julio César iglesias y su equipo llevaron una Medium que hizo una sesión de espiritismo en el despacho del Marqués y mientras estaba en trance les indicó que hiciesen una psicofonía en el pozo del jardín. Así lo hicieron allí y en otras zonas del palacio y obtuvieron unas psicofonías que se han considerado auténticas por todos los expertos de lo paranormal. Puedes escuchar estas psicofonías pinchando en el enlace del vídeo que he dejado al principio de esta página.
El investigador Santiago Vázquez mostró en el programa de TeleMadrid, presentado por Javier Sierra, unas imágenes que se grabaron en 1990 en el Palacio de Linares. Aquel día grabaron todo el palacio con la escasa luz que había en el lugar, puesto que estaba a medio de restaurarse y no se percataron de un detalle en una parte del video hasta que pasado 8 años y revisando aquellas grabaciones, se dieron cuenta de algo extraño que en su día pasaron por alto en algunos de los fragmentos.
En un primer video grabado en lo que había sido el despacho del Marqués, se puede apreciar lo que parece un ataúd con una flor encima. Los autores aseguran que allí no había nada en ese momento, ni un solo mueble.
En un segundo video se encontraban en lo que era el salón de baile y haciendo un barrido con la cámara por la estancia, al pasar delante de un espejo, se aprecia las imágenes espectrales de dos personas andando con traje de época. También aparece una figura fantasmagórica con camisa blanca. Allí aseguran también que no había nada.
Podría ser que se tratase de un bucle en el tiempo que es como si presenciaras una escena de un pasado ya que es un remanente que queda por impregnación que al igual que quedan las voces pueden quedar las imágenes.
Es un misterio si esta leyenda es cierta o es todo inventado. La versión oficial de los historiadores dice que tal niña asesinada no existió, pero los Marqueses sí que tenían una hija adoptiva llamada Raimunda Avecilla que era en verdad hija del administrador de la familia.
Esta niña no murió, es más, fue declarada heredera universal de los títulos y fortuna de los Marqueses una vez que estos murieron. Hay quién dice que la niña sí que era hija de ellos y debido al acuerdo de castidad que hicieron con el papa, se inventaron que no era su hija y simularon que la adoptaban.
Hay algo misterioso en esta historia y es que si visitas el palacio y te fijas en muchos de los tapices y cuadros que adornan las paredes aparece otra niña junto a Raimunda que nadie sabe quién es y ambas fueron apodadas las señoritas de avecillas. ¿Quién era esa niña?
Sea como sea, lo que parece que está claro es que en el palacio de Linares han ocurrido y siguen ocurriendo fenómenos paranormales. Se trata de un Inmueble con un pasado truculento y lóbrego, dramático en el que en sus cimientos queda impregnado estos sucesos.
Nunca se sabrá si la leyenda es cierta, si fueron hermanos, si hubo una niña asesinada, quién es la segunda niña, pero lo cierto es que allí ocurren cosas extrañas y si te ha gustado esta historia y eres muy curioso, puedes vivir en tus carnes la sensación de estar dentro de esos muros y comprobar si ese ambiente está tan cargado como dicen. Quien sabe, quizás oigas, veas o registres tú también algo fuera de lo normal.
Visitas nocturnas al palacio
Casa de América, con la colaboración de Estandarte, organiza una actividad única en Madrid: podremos realizar una visita nocturna al Palacio de Linares tal como era en el siglo XIX. Nos recibirán personajes de la época que nos desvelarán los secretos más ocultos y misteriosos del palacio…
El ama de llaves, un misterioso mayordomo, un marqués que guarda un gran secreto y el resto del servicio del palacio nos acompañarán en este recorrido nocturno por las estancias de palacio, dónde además, nos depararán juegos, sorpresas y experiencias escalofriantes.
Las visitas nocturnas se realizarán el primer sábado de cada mes -excepto agosto- y los pases son a las 18:00, 19:30, 21:00 y 22:30 horas, es decir la duración es de una hora. El precio de las entradas es de 25€ por persona con un descuento del 36% si compras tu entrada anticipada, unos 15 euros aproximadamente.
Las entradas se pueden adquirir en el punto de información de la Casa de América o en Atrápalo.
Como dato curioso decir que Iker Jiménez alquiló algunos de los espacios del edificio para organizar una exposición sobre temas de misterio, entre los que se incluía aquel que había hecho famoso al edificio.
Aún hoy, de vez en cuando, algún investigador solicita pasar la noche en el lugar para realizar un reportaje o intentar captar unas declaraciones en exclusiva de Raimunda y su familia sin mucho éxito.